En presencia de nuestro profeta y mártir, Monseñor Oscar Arnulfo Romero, recordaremos a nuestros mártires que ofrendaron sus vidas por un ambiente sano y una vida digna para las presentes y futuras generaciones de nuestro país, pediremos justicia y fin a la impunidad.
De manera especial recordaremos el reciente asesinato del joven ambientalista Francisco Durán Ayala, enviando muestras de solidaridad moral a su familia y compañeros.
Estamos seguros que estas vidas truncadas, su obra, testimonio y aportes valiosos para el proceso de liberación de nuestro pueblo, sirvan de ejemplo a seguir y fortalezcan el espíritu de lucha de salvadoreñas y salvadoreños que siguen inspirados en una sociedad justa, democrática y sustentable.
Les esperamos.